miércoles, 25 de junio de 2008

De etnografos y viajeros

Ambos, periodistas y etnógrafos, a simple vista, parecen similares, ya que los dos se dedican a recolectar información. Parecen, ¿pero en realidad lo son? En principio, son personas que se dedican a recolectar distintos tipos de datos – acaso los que perciben interesantes- de diferentes maneras, a plasmarlos para compartirlos, a hacerlos, de alguna manera, públicos, en definitiva, su propósito es comunicar su visión del mundo, de las cosas, de los hechos. Pero no ambos lo hacen de la misma manera. La diferencia principal, a mi entender, radica en que la labor del etnógrafo consiste en describir las tradiciones y costumbres de un pueblo; y la del periodista, en cambio, es la de captar y tratar la información. Y esta es la desigualdad: tratar. El tratamiento de los datos por parte del etnógrafo seria “mal visto”, esa no es su función, porque como afirma Geertz, los buenos textos antropológicos deben ser planos y faltos de toda pretensión, ya que concentrar nuestra atención en el modo en que se presentan los enunciados cognoscitivos mina nuestra capacidad para tomarlos en serio. En cambio, el periodista es libre de tratar la información que recolecta, de hacerla propia, es mas, la forma en la que la presenta, es un paso muy importante de su trabajo, la manera en que plasma los datos va a constituir si identidad.
Así, periodistas y etnógrafos se dedican a recolectar y publicar datos e información, pero sólo uno va a hacerse dueño de lo investigado.

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